1. CABEZA DE OVEJA (Marruecos)
Vendida en los mercados y restaurantes de Rabat, Marrakesh y Casablanca, la cabeza de oveja se asa hasta quemarle todos los pelos de encima y por ello solo le queda una sonrisa perversa (unos dientes lejos de parecer calcinados) y los ojos de ciego. Sin duda, es uno de los platos más desagradables con el que el viajero pueda encontrarse, por su presentación. La sola sonrisa del animal, en el plato, es macabra.
2. BALUT (Vietnam, Camboya)
El balut es un huevo de gallina o de pato, que se consigue hasta de 15 días de gestación (tiempo suficiente para que el embrión dentro se haya desarrollado al punto), y que luego es hervido, descascarado, y el embrión comido con lo poco de yema y clara endurecida adherido a él. Los huevos balut, que se deben comer calientes, se consiguen en muchos lugares fuera del Sudeste de Asia, pero mi sorpresa fue mayor al verlos en la carta de varios restaurantes en Estados Unidos y Europa, donde es cierto, no son populares.
3. ESCAMOLES (Mexico)
Parte de la cocina mexicana son los escamoles, las larvas de las hormigas Liometopum, que se cultivan en las raíces de las plantas de agave (de la que se saca el tequila) y el maguey (del que se saca el mezclal). Los escamoles son el caviar de México. Son tan blandos como el queso de un campesino, y su sabor es lechoso, como a nuez, pero lo que es seguro es que son nueces no tan sabrosas como las macadamia nuts.
4. CASU MARZU (Cerdeña)
Prohibido no solo en Italia, sino incluso donde haya controles de higiene, el Casu Marzu convierte en terrorífica la cocina sarda. Se trata de queso de leche de cabra, que se amasa como cualquier queso hasta darle forma, y se pone a la intemperie (preferiblemente en una cornisa), hasta que las moscas comienzan a aparecer atraídas por el fuerte olor y comienzan a poner huevos. De los huevos, surgen pequeñas larvas, blancas en principio, que a medida que pasan las semanas y si el sol es bueno (en verano), se engordan y se vuelven marrones. Las larvas aceleran la maduración del queso, pero no hay que dejar que se hagan moscas, pues el Casu Mazu deja de ser el queso que es si no se come con todo y larvas.
5. CUY (Perú, Ecuador, Sur de Colombia)
Sin duda, este es El Dorado de los platos andinos, la suculencia heredada de todas las familias aborígenes de Sudamérica meridional, y que es muy popular, en mercados y algunos restaurantes que lo continúan preparando a la vieja usanza. Se trata del cuy o conejillo de indias, este roedor que alguna vez anduvo salvajemente por las montañas y valles de los Andes, y que bien podría ser una buena mascota, pero que se come al ser rico en proteína y bajo en colesterol. En los Andes, se vende “frito”, “asado” o “al horno”. El animal se sirve con ensalada, y se come desde el hocico hasta las uñas.
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