-Quien soltaria los demonios de nuevo a la Laguna¿¿...
Desde la llegada de los primeros religiosos jesuitas a la Comarca Lagunera, se toparon con un fenómeno psíquico o espiritual muy común en tierras no cristianas, a saber, la posesión u obsesión de las personas por supuestos o verdaderos entes espirituales.
Mi interés al redactar este artículo, no es el de discutir la realidad de la obsesión o posesión espiritual de una persona, sino mostrar los hechos tal y como los percibían los misioneros desde su propia educación y mentalidad. Máxime porque estos ocurrían en la Comarca Lagunera de principios del siglo XVII.
La carta anual de los jesuitas laguneros, correspondiente al año de 1623, anota el siguiente relato. El hecho narrado ocurrió en el municipio de San Pedro. En 1623, la Comarca Lagunera estaba formada por tres municipios o partidos: el de Parras, el de San Pedro de La laguna, y el de San Juan de Casta. Para su mejor comprensión, he actualizado la escritura, pero respetando los términos originales.
“Otra india energúmena del Partido de la Laguna, era atormentada gravísimamente del Demonio, el cual, todos los días la levantaba del suelo más de un estado en alto, volcándola por los aires y haciéndola echar espumajos por la boca con más desformes visajes (muecas).
Para que todos los del pueblo y que estaban presentes, cobrasen mayor concepto de nuestra santa fe, entre los cuales había muchos gentiles, mandóla el padre traer a la iglesia, y echándole un rosario a el cuello, y una imagen de San francisco Xavier, y hechos los exorcismos, dijo la misa de nuestro padre Xavier en presencia de la endemoniada, rogando encarecidamente al Santo que la librase de semejante aflicción.
Fue Dios servido, que acabada la misa, se sosegó la energúmena, de tal suerte, que desde entonces hasta el día de hoy, no le ha vuelto a atormentar, y quedaron todos los presentes con mucho consuelo, y concepto de nuestra Santa fe, y los gentiles (que antes lo repugnaban) se catequizaron, y bautizaron, con mucho consuelo del padre (misionero)”.
El relato contiene algunas palabras que se encuentran fuera de uso, o bien, cuyo significado ha cambiado con el tiempo. El texto habla de una india “energúmena”, término que en el siglo XVII significaba “persona poseída por el demonio”. El texto menciona también que la india era levantada todos los días “más de un estado en alto”.
En la actualidad, este párrafo no tiene sentido; pero en el siglo XVII, el “estado” era la medida tomada de la estatura regular de un hombre, y el término derivaba del Latín “statura hominis”.
De manera que lo que el relato misionero afirma, es que en 1623, una india "posesa" del municipio de San Pedro, era levantada en el aire por el poder “del demonio”, y que levitaba por los aires aproximadamente a un metro y sesenta centímetros de altura. Su cuerpo rodaba a esa altura, arrojaba espuma por la boca y hacía toda clase de gestos atemorizantes.
Como lo he mencionado arriba, desde su propia óptica y contexto cultural, el escribano jesuita le da un significado providencial a dicha "posesión diabólica", ya que al exorcizar a la india, los aborígenes entendieron que el cristianismo era un poder superior al del demonio, y optaron por recibir los sacramentos. La fuente de este relato es un documento del Archivo General de la Nación, Misiones, Vol. 25, Exp.1, año de 1623.
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