Hace años un amigo periodista que desconoce esto de la blogosfera me dijo que le gustaba este blog, pero que no entendía cómo dedicaba tanto tiempo libre a escribir cosas a cambio de nada, sin cobrar un duro. Me espetó: «bueno Nacho, como desahogo mental, no está mal lo del blog. Al menos sueltas lo que llevas dentro». Estos días me acordé de aquellas palabras porque tengo ganas de soltar lastre. Muchas ganas. Me he decidido a escribir este pequeño y contundente post para desahogarme de algo que me molesta y cabrea con creces. Intentaré ser breve y directo. Voy al grano. No entiendo cómo narices buena parte de la blogosfera española «top ten» no ha escrito ni una sola línea y no ha realizado un solo retweet sobre la censura que está sufriendo Marcelino Madrigal, un tipo pesado y maleducado, que lleva más de un año luchando contra la vergonzosa presencia de pederastas y pedófilos en las redes sociales. A consecuencia de denunciar y mostrar links aberrantes día sí día también le ha sido baneada su bitácora en Spaces (ojo, un blog que en el año 2006 alcanzó el puesto 16 a nivel mundial) y le han cerrado ya dos cuentas en Twitter. Mientras no se lo cierren, Madrigal cuenta toda su lucha en solitario en su actual blog y ha abierto otra cuenta en Twitter bajo el nombre de @amordazado que es como realmente se siente. Tanto silencio de tantos teóricos de la conversación 2.0 --que se suben por las paredes, con razón, con el posible cierre de webs o la censura de bloggers chinos y ahora cierran los ojos ante un caso así en España-- sorprende y da asco. No cabe en cabeza alguna que una persona que se está dejando la piel en defensa de los más pequeños sufra este desprecio. Tenía que escribirlo, que para eso tengo el blog.
PD: Hala, a menearlo, comentarlo y criticarlo, que para eso estamos.
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