Terminó el Señor de hacer la vid, y se puso en seguida a hacer otra
criatura.
En tanto trabajaba Dios, Noé cortó las uvas de la viña, las exprimió y puso
el jugo a fermentar. Luego bebió del vino.
Mientras eso sucedía el Creador acabó de hacer su nueva criatura: el
ornitorrinco.
Era, en verdad, una extraña bestezuela: tenía cuerpo de nutria, cabeza de
perro, cola de castor, pico de pato; y a pesar de ser mamífero ponía
huevos, como las aves.
Noé vio al ornitorrinco y meneando la cabeza le dijo al Creador con tono de
reproche:
- ¿Qué te pasa, Señor? Yo me tomo el vino y a ti te hace el efecto.
¡Hasta mañana!..
"
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